viernes, 4 de mayo de 2012

Subrayados 003.

La borra del café.

Mario Benedetti.
Ediciones Destino - Áncora y Delfín 702
5ª edición. Mayo 1995.

-- No te avergüences de ninguna pregunta, si es sincera. Generalmente son las respuestas las más acreedoras de vergüenza, porque en ellas es más común que aparezca la doblez: que pienses algo pero digas lo contrario. Ése es otro de nuestros escasos privilegios: creo que los ciegos detectamos mejor la hipocresía. El hipócrita puede disimular su doblez con un gesto, una mirada, un guiño, y así rodearse de un aura falsa de sinceridad frente al interlocutor desvalido. Pero a nosotros sólo nos llega del hipócrita la voz, la voz sin maquillaje, tal como es, con su mentira a la intemperie.

p. 79.


-- Desde una esquina los vi pasar [a los marineros alemanes del Graf Spee]. A mi lado, un hombre joven, con acento extrajero, dijo: "Parece mentira. Tienen caras de ángeles, pero yo los conozco". Me dijo que era judío, que sus padres habían sido exterminados en un campo de concentración, antes aun de que estallara la guerra. Él se había salvado gracias a un cura, amigo de su padre.

"Detrás de esos ojos azules y esas mejillas candorosas, con capaces de albergar un odio que no puede medirse". Le dije que no todos serían iguales, que ni podía ser que esos casi niños fueran asesinos en potencia. "Nadie es asesino en potencia, lo sé. Pero un loco, un alucinado, puede contagiarles su alucinación y su demencia. El más peligros de sus atributos es cierta recóndita vocación de raza reina. Los mejores la descubren en sí mismos (porque todos la tienen) y la desmantelan, la liquidan, la extirpan como si fuera un tumor. Pero los otros, que en el fondo son los más ineptos, los más estúpidos, los más necios, la alimentan con delectación, porque sólo así se sienten seguros".

p. 102.


No hay comentarios: