lunes, 31 de diciembre de 2012

Palabras zen, 002.





El maestro Unmon dice:


- Nada os pregunto sobre la quincena pasada. 

Más, ¿qué me decís sobre la quincena venidera?


Y ante la falta de respuesta de los monjes, continúa:



- Cada día es un buen día.










miércoles, 26 de diciembre de 2012

El fracaso de mi generación.




Norman Birnbaum   .   22 Diciembre 2012

Los intelectuales estadounidenses y europeos de mi generación, nacidos entre 1925 y 1930, tuvieron unas carreras espléndidas, resonancia internacional, cierta influencia en la política. Nuestros homólogos de los Estados socialistas también fueron unos privilegiados. Podían viajar y eludir la pesada prosa oficial de los partidos gobernantes. Nuestro lenguaje común era un marxismo de la superestructura, de ideologías, cultura y política. Prestábamos atención a la deformación del carácter por la industrialización de la sensibilidad, el dominio de la rutina. Nuestros contemporáneos del bloque soviético describían la tiranía profana de sus Estados policiales de manera indirecta, previendo que la explotación y la ineficacia serían sustituidas por el desarrollo de los talentos productivos de la ciudadanía socialista.

En Occidente no necesitábamos circunloquios. Eran pocos los que nos consideraban peligrosos. Algunos que querían expiar sus propios pasados nos pintaban como revolucionarios afligidos. Cuando, para nuestra sorpresa y la de nuestros antagonistas, los que defendían el statu quo occidental como utopía hecha realidad, estallaron las revueltas de los años sesenta, nuestros lectores y estudiantes se reían de nosotros y decían que éramos esclavos involuntarios del orden existente. Nos sorprendió mucho la negación de nuestra triste profecía, el hecho de que la obediencia comprada y la diversión hedonística (panem et circenses) habían vuelto muy improbables la discordancia moral y la disidencia política.

Aspirábamos a una ciudadanía capaz de gobernarse a sí misma, incluso en la economía. Una fuerza laboral cada vez más educada se reconocería en nuestros textos. Queríamos acelerar el ritmo de la historia prestando nuestro talento a los partidos socialdemócratas y cristianos. Al fin y al cabo, nos considerábamos los representantes de sus electorados en la educación, la administración, las profesiones liberales y la ciencia. Creíamos que, con su apoyo, acabaríamos desempeñando un papel en el gobierno de la sociedad. Contábamos con la atención de banqueros y empresarios, políticos y editores, incluso sindicalistas que en otros temas eran escépticos. En Estados Unidos (EE UU) nos enviaban a oficiales del Ejército a estudiar con nosotros (los conservadores llegaron a quejarse de que Harvard y Princeton habían ablandado a toda una generación de generales).

Estábamos equivocados. Los electores, en general, querían justicia, un mínimo de respeto y una parte respetable de la renta nacional. Pero su entusiasmo por el deporte y las vacaciones era mucho más acentuado que su interés por ayudar a tomar decisiones en la economía. En ocasiones se manifestaban o hacían huelgas, no por una nueva sociedad, sino para obtener más recompensas en esta. Nuestra crítica metahistórica de la existencia contemporánea no les conmovía. Las clases dirigentes que nos trataban con tanta benevolencia pensaban que estaban haciendo gala de la magnanimidad de los poderosos. No sentían que estuvieran compartiendo ese poder con nosotros.

Dos grandes acontecimientos demostraron que habíamos hecho mal al interpretar una mejoría temporal de nuestra suerte como una gran transformación histórica. El primero fue el renacimiento del capitalismo descontrolado. El segundo fue el fracaso de la Tercera Vía. A la disminución de la parte de la renta nacional que iba a parar a manos de los trabajadores y la deconstrucción del Estado de bienestar sucedió la crisis que se suponía que el nuevo capitalismo había hecho imposible. Los demócratas estadounidenses y un gran sector de la socialdemocracia europea se convirtieron a la idea de los beneficios como principal instrumento de crecimiento económico y de inmediato experimentaron la depresión y la destrucción social. El hecho de que los economistas que estaban en primera fila cuando surgió el desastre (Greenspan, los economistas de Chicago como Lucas, que negaban la posibilidad de que la intervención del Gobierno pudiera servir de algo) hayan pronunciado pocas o ninguna disculpa es comprensible. Lo que proponíamos era un mosaico de marxismo y socialdemocracia, keynesianismo y teoría de la elección pública. No tenemos explicaciones generales de por qué quedamos desbancados ni tampoco una alternativa.

En EE UU y Europa, los ciudadanos quieren empleo, ingresos y seguridad. Desde la guerra han votado siempre por los partidos que les daban esas cosas, y nunca pidieron democracia económica. La política actual es un remedo del consumismo. La participación electoral ha disminuido a medida que se ha intensificado la crisis. Los debates teóricos sobre intereses, representación e ideología se han convertido en algo remoto, como de especialistas en lenguas clásicas discutiendo sobre papiros. Nuestra hipótesis, que las ciudadanías occidentales eran irreversiblemente democráticas, estaba equivocada.

También nos equivocamos sobre la amenaza que suponían para las economías de Occidente los bajos salarios en Asia. El fracaso soviético nos hizo pensar que las economías dirigidas no podían funcionar. La alianza china de capitalismo y partido único nos sorprendió. Sabíamos que había otras culturas longevas y extraordinarias, pero ignoramos que había varios caminos hacia el desarrollo económico. La secularización de nuestras sociedades dejó hueco para las religiones privatizadas o sustitutas y a brotes reaccionarios de nacionalismo.

El debate occidental sobre los países islámicos combina una gran ignorancia histórica con nuestros prejuicios. Los recuerdos esquemáticos de la Reforma y el Renacimiento, la revolución científica y las revoluciones democráticas no son útiles. El presidente de Egipto, un ingeniero educado en EE UU, volvió a su país con muy mala impresión de nuestra cultura. Gandhi, al preguntarle por la civilización de Occidente, respondió que sería una idea muy buena.

Estábamos convencidos de que era inevitable la desintegración del etnocentrismo y el absolutismo religioso, pero nuestro propio proyecto de modernización estaba incompleto. Creímos demasiado en la durabilidad de la síntesis de posguerra, que estaba en deuda con la repugnancia ante los horrores del fascismo, los costes de la guerra y las privaciones de la Gran Depresión. Después de 1989 llegaron los conflictos de los Balcanes, los sucesivos desastres en África (Ruanda, Nigeria, la dictadura militar en Argelia), las guerras de Irak. Los atentados llevados a cabo por los fanáticos musulmanes procedentes de Arabia Saudí (un Estado supuestamente amigo) obtuvieron lo que pretendían: EE UU está en guerra con el islam y ha arrastrado a ella a Europa. EE UU y Europa discuten sobre sus respectivos modelos sociales, pero ni nuestros ciudadanos ni el resto del mundo están satisfechos con ninguno de los dos.

Nos hemos convertido en técnicos de reparaciones que corren cuando se rompen los diques para tapar las fugas. No se ve por ningún lado que se produzca una alianza del conocimiento técnico y científico con las nuevas instituciones para resolver la crisis ambiental. Nos burlábamos de los Verdes cuando eran más jóvenes, y decíamos que eran aparecidos de la época franciscana; pero, en la historia de la Iglesia, San Francisco permaneció mientras el edificio de la Iglesia de venía abajo.

Quizás esperábamos demasiado de los seres humanos en un periodo en el que unos cambios desconcertantes estaban destruyendo certidumbres y aumentando los miedos. Dos mil quinientos años después de los griegos y el doble desde las escrituras que inspiraron el Antiguo y el Nuevo Testamento, Buda y los textos hindúes, pensamos que los hombres y las mujeres podían renunciar a mitos fatalistas y parecerse a los dioses. Acaba de pasar Yom Kippur, la fiesta judía de la expiación. No hace falta ser judío para saber que hay mucho que expiar, que la reconstrucción social quizá exija nuevos yos dentro de cada uno. Nos equivocamos al pensar que el espacio público que necesitábamos ya se había construido o se materializaría cuando lo necesitáramos. Para aunar el respeto a la dignidad humana y la sensibilidad ante la fragilidad humana es necesario tener una disciplina ascética y cierta forma de inspiración, como componentes morales del análisis histórico. Los intelectuales de mi generación no dimos suficiente importancia a ese aspecto; tal vez no fuimos peores que el resto de nuestros contemporáneos, pero tampoco mejores ni más profundos.

Norman Birnbaum es catedrático emérito de la Universidad de Georgetown.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Artículo recortado de El País.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Boletín Sin Nombre, 225.






Proposición reveladora (Pedro Rodea)

El sueño con sueños luce en el seno del sueño profundo


Meros fenómenos (Sri Ramana Maharshi)

Los estados de sueño profundo, de sueño con sueños y de vigilia son meros fenómenos que aparecen sobre el Sí mismo, el cual es estacionario. Es también un estado de simple presencia consciencial. ¿Puede alguien permanecer apartado del Sí mismo en algún momento?. Esta pregunta puede surgir solamente si eso fuera posible.

Pregunta: ¿No se dice a menudo que uno está más cerca de la pura consciencia en el estado de sueño profundo que en el estado de vigilia?.

Respuesta: La pregunta puede ser también, «¿Estoy yo más cerca de mí mismo en mi estado de sueño profundo que en mi estado de vigilia?».
El Sí mismo es pura consciencia. Nadie puede estar jamás apartado del Sí mismo. La pregunta es posible solamente si hay dualidad. Pero no hay ninguna dualidad en el estado de pura consciencia.


Un comentario sobre la Gaudapada Gitâ

Gaudapada ve los estados de sueño con sueños y de vigilia como similares: en el estado de sueño con sueños nuestra consciencia infectada de ignorancia está vuelta hacia dentro y genera un mundo irreal basado en datos corporales; en el estado de vigilia nuestra consciencia infectada de ignorancia está vuelta hacia fuera para percibir e interactuar con las cosas materiales. Tanto el cuerpo como las demás cosas materiales son irreales, son aspectos de la engañosa Maya. Así pues, es el sí mismo individuado, el ego fenoménico, el que se presenta como el sujeto de la experiencia.


 Consciencia en el sueño con sueños (Sri Nisargadatta Maharaj)

Interlocutor: ¿Es la vitalidad, la energía de la vida, la vida misma?

Maharaj: La energía viene primero. Pues todo es una forma de energía. La consciencia está muy diferenciada en el estado de vigilia. Menos en el sueño con sueños. Todavía menos en el sueño profundo. Es homogénea —en el cuarto estado. Más allá es la realidad monolítica inexpresable, la morada del jnani.


Cuando usted tiene el sueño con sueños  (Sri Ranjit Maharaj)

Pregunta: ¿Puede usted hablar sobre los tres tipos de Maya (ilusión)?

Maharaj: Todo es ilusión. ¿Cómo puede haber tres tipos? Para comprender, usted tiene que decir sólo eso. Uno es Maha maya, que es el conocimiento mismo. El siguiente es Vidyaman maya, que es cuando el conocimiento se mueve un poco y hace muchas cosas de él. En ese momento es sutil. Cuando duerme profundamente, usted está en completa ignorancia; entonces viene un ligero despertar, y eso es llamado Vidyaman maya. Cuando usted está en la matriz de la madre y recibe el nacimiento, eso es Vidyaman maya. Significa emborracharse en comprender. A menos que usted reciba el nacimiento, usted no puede comprender. Y cuando usted tiene el sueño con sueños, eso es llamado Avidya maya. Cuando usted ve todo el mundo, todos los objetos, eso es llamado Avidya maya. Usted ve todo el mundo, tanto el conocimiento como la ignorancia han aparecido; eso es Avidya maya. ¿Ve usted esto?, es mármol; esto es Avidya maya. Avidya maya significa que es nada, solo un cero.

Cuando un pensamiento viene en un sueño; a veces viene un pensamiento, pero usted se duerme profundamente de nuevo. Usted no puede ver el sueño, eso es llamado Vidyaman maya. El conocimiento ha venido, pero usted no le da nacimiento.


El sueño con sueños no encontraba quién lo soñara (Pedro Rodea)

La joya no encontraba el oro…˜ “Yo” no encontraba quién lo pronunciara…˜ La ignorancia no encontraba quién ignorara…˜ El conocimiento no encontraba quién conociera…˜ La vigilia no encontraba a quién presentarse…˜ El sueño con sueños no encontraba quién lo soñara…˜ Todo lo que se llama “todo” no encontraba quién lo viera…˜ Todo era huérfano…˜ jamás sentido…˜ jamás apercibido…˜

No había ningún “todo”…˜ no había ninguna “nada”…˜ La joya no encontraba el oro…˜ No había “yo no existo”…˜ no había “yo no soy”…˜ El miedo no encontraba ningún “yo” que lo sintiera…˜ La comprensión no encontraba ningún “yo” que la comprendiera…˜ No había ningún “atributo”…˜ No había ninguna “cualidad”…˜ La “verdad” no tenía comprensor…˜ Lo “absoluto” no tenía realizador…˜ La “paz” no tenía verificador…˜

Todo es sólo un pensamiento…˜ Pero el pensamiento no encontraba al “pensador”…˜ Ningún concepto encontraba quién lo concibiera…˜ Nadie se llamaba a sí mismo “nadie”…˜ Nadie se llamaba a sí mismo “yo”…˜

La belleza de la comprensión es que la comprensión no encontraba ningún comprensor…˜ De manera que no había nombres…˜ Ningún “nombre” había nombrado nunca nada…˜ No había ningún nombrador…˜ La belleza de la comprensión es que la comprensión “no estaba”…˜

¿Cómo comprenderme a mí mismo entonces?…˜ Yo no había tenido nunca ningún concepto “yo”…˜ El pensamiento “yo” no estaba…˜ Así pues…˜ ¿a quién se podía presentar la comprensión “yo”?…˜ Ausente el oro…˜ ¿a quién vendrá a dar forma la joya?…˜


Palabras finales de sabiduría (Sri Siddharameshwar Maharaj)

En un sueño con sueños, la misma Presenciación proyecta otro mundo. Cuando se crean espacio y cuerpos en el sueño, ¿hay realmente algún espacio? No. El que «hace sitio» al espacio es la Presenciación. Ella es el soporte de la totalidad del mundo. En este sueño vosotros creáis incontables mundos. Entonces, ¿por qué no podéis crear otro mundo en este mundo?

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sábado, 15 de diciembre de 2012

La vela de sebo. (‘Taellelyset’)




Hervía y bullía mientras el fuego llameaba bajo de la olla, era la cuna de la vela de sebo, y de aquella cálida cuna brotó la vela entera, esbelta, de una sola pieza y un blanco deslumbrante, con una forma que hizo que todos quienes la veían pensaran que prometía un futuro luminoso y deslumbrante; y que esas promesas que todos veían, habrían de mantenerse y realizarse.

La oveja, una preciosa ovejita, era la madre de la vela, y el crisol era su padre. De su madre había heredado el cuerpo, deslumbrantemente blanco, y una vaga idea de la vida; y de su padre había recibido el ansia de ardiente fuego que atravesaría médula y hueso… y fulguraría en la vida.


Sí, así nació y creció cuando con las mayores, más luminosas expectativas, así se lanzó a la vida. Allí encontró a otras muchas criaturas extrañas, a las que se juntó; pues quería conocer la vida y hallar tal vez, al mismo tiempo, el lugar dónde más a gusto pudiera sentirse. Pero su confianza en el mundo era excesiva; este solo se preocupaba por sí mismo, nada en absoluto por la vela de sebo; pues era incapaz de comprender para qué podía servir, por eso intentó usarla en provecho propio y cogió la vela de forma equivocada, los negros dedos llenaron de manchas cada vez mayores el límpido color de la inocencia, que al poco desapareció por completo y quedó totalmente cubierto por la suciedad del mundo que la rodeaba, había estado en un contacto demasiado estrecho con ella, mucho más cercano de lo que podía aguantar la vela, que no sabía distinguir lo limpio de lo sucio… pero en su interior seguía siendo inocente y pura.


Vieron entonces sus falsos amigos que no podían llegar hasta su interior, y furiosos tiraron la vela como un trasto inútil.


Y la negra cáscara externa no dejaba entrar a los buenos, que tenían miedo de ensuciarse con el negro color, temían llenarse de manchas también ellos… de modo que no se acercaban.


La vela de sebo estaba ahora sola y abandonada, no sabía qué hacer. Se veía rechazada por los buenos y descubría también que no era más que un objeto destinado a hacer el mal, se sintió inmensamente desdichada porque no había dedicado su vida a nada provechoso, que incluso, tal vez, había manchado de negro lo mejor que había en torno suyo, y no conseguía entender por qué ni para qué había sido creada, por qué tenía que vivir en la tierra, quizá destruyéndose a sí misma y a otros.


Más y más, cada vez más profundamente reflexionó, pero cuanto más pensaba, tanto mayor era su desánimo, pues a fin de cuentas no conseguía encontrar nada bueno, ningún sentido auténtico en su existencia, ni lograba distinguir la misión que se le había encomendado al nacer. Era como si su negra cubierta hubiera velado también sus ojos.


Mas apareció entonces una llamita: un mechero; este conocía a la vela de sebo mejor que ella misma; porque el mechero veía con toda claridad -a través incluso de la cáscara externa- y en el interior vio que era buena; por eso se aproximó a ella, y luminosas esperanzas se despertaron en la vela; se encendió y su corazón se derritió.


La llama relució como una alegre antorcha de esponsales, todo estaba iluminado y claro a su alrededor, e iluminó al camino para quienes la llevaban, sus verdaderos amigos… que felices buscaban ahora la verdad ayudados por el resplandor de la vela.


Pero también el cuerpo tenía fuerza suficiente para alimentar y dar vida al llameante fuego. Gota a gota, semillas de una nueva vida caían por todas partes, descendiendo en gotas por el tronco cubierto con sus miembros: suciedad del pasado.


No eran solamente producto físico, también espiritual de los esponsales.


Y la vela de sebo encontró su lugar en la vida, y supo que era una auténtica vela que lució largo tiempo para alegría de ella misma y de las demás criaturas.




Parece ser que este sería el primer cuento de Hans Christian Andersen. El hallazgo del considerado primer cuento del autor arroja nueva luz sobre su obra. ‘La vela de sebo’ pudo ser escrito por su creador cuando tenía 18 años.

Traducción del danés por Enrique Bernárdez

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ravi Shankar, ha muerto...

George Harrison y Ravi Shankar


El maestro indio de sitar, Ravi Shankar, maestro de los Beatles y los Rolling, ha fallecido a los 92 años, según ha anunciado la televisión india y ha confirmado la familia.

Sankar, padre de la también artista de jazz Norah Jones, ha fallecido en el hospital de San Diego, donde había sido ingresado para someterse a una operación, según la cadena CNN-IBN.

"Aunque es un momento de tristeza, es también un momento para todos nosotros para dar gracias y ser agradecidos por haber sido capaces de tenerlo como parte de nuestras vidas", dijo la familia en un comunicado. "Vivirá para siempre en nuestros corazones y en su música".

En el comunicado la familia ha explicado que en el último año había sufrido problemas cardíacos y respiratorios por lo que se sometió a una cirugía para reemplazar una válvula del corazón semana pasada en el hospital donde ha fallecido. La cirugía fue un éxito pero fue incapaz de recuperarse.

A pesar de sus dolencias Ravi Shankar continuó actuando durante los pasados meses y realizó su último concierto el 4 de noviembre en Long Beach, en el condado de Los Ángeles, junto con su hija, la compositora e intérprete de sitar, Anoushka Shankar. El evento sirvió como celebración de sus casi 10 décadas de creación musical.

"Desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos de los cirujanos y los médicos que han cuidado de él, su cuerpo no pudo soportar la presión de la cirugía. Estuvimos a su lado cuando falleció", dijo su esposa Sukanya y su hija Anoushka.

El primer ministro indio, Manmohan Singh, ha expresado su tristeza y ha calificado la pérdida de "un tesoro nacional y un embajador global de la herencia cultural de la India".

La familia aún no ha anunciado los planes para ceremonias póstumas y solicitó que todas las flores y donaciones fueran realizadas a la Fundación Ravi Shankar y a través de la página web JustGive.org

Ravi Shankar, que vivía en California, nació en la ciudad santa de Varanasi junto al Ganges el 7 de abril de 1920. Provenía de una familia de brahmanes, la casta más alta en la sociedad hindú.

Su padre V. Lakshinarayana fue uno de los maestros del violín en su país lo que contribuyó a que Shankar se iniciara en el aprendizaje de ese instrumento cuando tenía 5 años. Una década después dejó la India para viajar a París con la compañía de baile de su hermano Uday.

En 1936 comenzó estudios de sitar, instrumento tradicional indio, bajo la dirección de Ustad Allauddin Khan y poco después comenzó a hacer giras por Europa y EE.UU.

George Harrison, guitarrista de los Beatles, se convirtió en su alumno y amigo en 1966, colaborando juntos en varios proyectos como por ejemplo el concierto de Bangladesh en 1971. Harrison apodó a Shankar como "el Padrino de la música del mundo". Al año siguiente realizó su primer dúo con el violinista Yehudi Menuhin, con el que posteriormente ha colaborado en numerosas ocasiones.

En 1969 viajó a Estados Unidos con la intención de profundizar en la música de occidente y, al tiempo, popularizar la música hindú. En 1971, y a petición de la London Symphony compuso un concierto que se estrenó en el Royal Festival Hall londinense.

En 1976 comenzó su colaboración con el guitarrista John McLaughlin, con el que fundó el grupo Shakti, trabajó en la One Truth Band y grabó el álbum "Touch me there", bajo la dirección de Frank Zappa.

La actividad musical de Ravi Shankar ha sido intensa, destacando además de como instrumentista como compositor. Es autor de dos conciertos para sitar y orquesta, además de músicas para ballet y bandas sonoras para películas. Así mismo, ha protagonizado la película "Raga", centrada en su vida y en 1978 publicó el libro autobiográfico "My life, my music".

Su primer matrimonio con la hija del músico Ustad Allauddin Khan, Annapurna, terminó en divorcio en 1982 tras años de separación en los que mantuvo relaciones sentimentales con Kamala Chakravarty y Sue Jones, madre de la que sería su hija Norah Jones.

Finalmente se casó en 1989 con Sukanya Rajan con quien vivió desde entonces entre San Diego y Nueva Delhi. En 1992 su hijo Shubho, también sitarista falleció repentinamente con 50 años.

Su hija Anoushka Shankar es defensora de los derechos animales y está afiliada a PETA (Personas por el trato ético de los animales). Ella y su padre aparecieron en un anuncio de servicio público en contra del sufrimiento de los animales.




martes, 4 de diciembre de 2012

Décimo aniversario de la muerte de Canelo.



Gema Freire   -   04/12/2012

El próximo domingo, se cumplen diez años de la triste pérdida de Canelo, el “perro de los gaditanos”. Fue la fatídica mañana del 9 de diciembre de 2002, cuando un Volvo oscuro terminó con la vida de este fiel animal arrollándolo en el paso de peatones que tantas veces había cruzado a las puertas del Hospital Puerta del Mar. Un triste final para un perro que demostró la lealtad hacia su dueño hasta el final de sus días.

Pero la historia de Canelo empezó mucho antes, en concreto, en el año 1990, cuando su amo ingresó por última vez en el centro sanitario para someterse a una diálisis. Esa mañana los dos amigos se despidieron como de costumbre, con un “espérame aquí, compañero”, una frase que explica la vida de Canelo a partir de ese momento. Ese día algo salió mal y el amo nunca volvió a reencontrarse con su perro. Pero su fiel escudero no podía comprender que su amigo ya no estaba vivo. Ya le había acompañado muchas veces hasta el hospital y su compañero siempre había vuelto. Así que, tal como le dijo al entrar, le esperó, y lo hizo no sólo un día, ni dos, ni tres, ni una semana, ni un mes, sino 12 años, día tras día, con viento, lluvia, frío o calor. Durante su larga espera llegó a ser denunciado y fue trasladado a la perrera hasta en dos ocasiones, provocando movilizaciones populares de vecinos y protectoras de animales, que finalmente consiguieron su indulto.

Desde ese momento, la Asociación Agaden se hizo cargo del animal, apadrinándolo y proporcionándole las vacunas y los permisos necesarios para que pudiese seguir esperando a su dueño sin tener más problemas, amparado por la Ley.

Hubo gente de dentro y fuera de Cádiz interesada en apadrinar a un perro tan querido y famoso en todo el mundo por su enternecedora historia. Canelo pasó por dos adopciones, pero no quería otro hogar que no fuera el de su amo, por lo que tuvo que ser devuelto a la calle antes de que muriera de pena.



Dos años después de su muerte, por iniciativa de Agaden, con el visto bueno del Ayuntamiento, la asociación protectora de animales y las federaciones de vecinos 5 de Abril y Cadice, se decidió darle su nombre a una calle peatonal que el animal frecuentaba. En el mismo callejón se colocó una placa de bronce con el torso en relieve del animal conmemorativa de este acto de fraternidad y de amor incondicional. En la placa se puede leer aún: “A Canelo, que durante 12 años esperó en las puertas del hospital a su amo fallecido. El pueblo de Cádiz como homenaje a su fidelidad. Mayo de 2004.”

Artículo recortado de Andalucía Información.