martes, 15 de mayo de 2012

Regreso del viaje.





Vueltas y más vueltas para, al final, venir a dar al mismo sitio donde todo comenzó, donde se inició el camino; aquella senda en la que puse el pie por primera vez hace ya muchos años y por la que he caminado, unas veces raudo, otras empujado o, al contrario, de forma cansina; pero siempre a trompicones...

Han pasado unos años y estoy como al principio, solo que con más dudas, también con más paciencia, madurez, cachaza, resignación, humildad, desencanto, cinismo o como coño queramos llamar a ese estado algo nihilista que tontamente llamamos estar de vuelta de todo; aunque bien es verdad que continúo presto al asombro, a la curiosidad, a la inquietud intelectual...

Escribir debe ser algo reconfortante, ¿o quizás inquietante?... Lo digo por que rápidamente los dedos, las manos, comienzan a tratar de dibujar o teclear frases y situaciones que tienen vida propia y hay algo en tu interior que grita para que, al final, esa terrible frase o situación siga oculta en las sombras; como siempre lo ha estado...

A lo largo de la ruta he mirado y observado, ¿comprendido?, ¿desvelado?. A lo peor es que tengo que volver a echar a andar, de nuevo... Y esta vez no intentar comprender ni pensar sino sólo absorver... Almacenar sonidos, colores, imágenes, fragancias, texturas; y que sean ellas las que me hablen, las que me enseñen..... Puede que me den las claves para aceptarme como soy, para no renegar de ser un animal social, para descubrir la chispa divina que hay en mí... Entonces sólo queda calzar las sandalias y echarme al hombro el liviano macuto, dar la espalda a la puerta de mi casa y volver a tener a las estrellas por techo....

Veremos...
                                                                                                                                              LfRey.


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