jueves, 18 de septiembre de 2014

Adiós al Jardín de Amor.





Fueron mis pasos al Jardín de Amor y vi allí lo que jamás antes viera: 
en la hierba de mis juegos más tiernos, una capilla vestida de nieblas.

Y en la capilla, las puertas cerradas; sobre ellas escrita una condena. 
Me volví entonces al Jardín de Amor, al jardín de las dulces flores frescas.

Y vi que estaba sembrado de tumbas y lápidas donde hubo flores frescas, 
mientras clérigos en procesión sombría cercenaban mis gozos y quimeras.


El séptimo hijo.- Orson Scott Card




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