Tal día como hoy de hace cuatro años, una gata blanca callejera, muy maltratada y que no habíamos visto nunca, escogió el arriate de nuestro jardín para parir a tres gatillos (dos machos y una hembra) de distinto pelaje y que, de otro modo, hubieran estado totalmente indefensos...
Aquel día y en aquella hora la asistimos, curamos sus heridas y le prestamos auxilio y cuidados, y así seguimos durante unos meses, instalando a la madre y a sus cachorrillos en la azotea de nuestra casa...
Pasado el tiempo conseguimos adopción para el macho atigrado, luego la hembra se fue a vivir a casa de nuestra hija mayor que la llamó, también, Pepa (Pepa II) y después el macho blanquito lo entregamos a una pareja de ancianas que lo mimarían en su casa... A este pobre, un mal día, lo atropelló un coche en un momento de descuido de sus afligidas cuidadoras; luego supimos (demasiado tarde), que la inmensa mayoría de los gatos, machos, blancos y con ojos azules padecen sordera congénita y, por lo tanto no pudo oir el ruido del coche que tristemente lo mató... No se nos olvida...
Por último la gata blanca, que ya no soportaba el enclaustramiento y estaba sola en la azotea, encontró un lugar para vivir en la casa que unos amigos tienen en su finca... Allí estuvo atendida y bien cuidada hasta que una mañana desapareció de improviso y nunca más volvimos a saber de ella... Confiamos que allá donde fuera, encontrara un sitio seguro donde continuar su existencia libre...
¡Feliz cuarto cumpleaños, Pepita! |
No son de este mundo,
los gatos no son de este mundo,
pasan de puntillas,
observan en la oscuridad,
espían paria Dios o el diablo,
hacen pereza aburridos de este mundo,
los gatos: invasores, testigos.
Gatos
Darío Jaramillo Agudelo
Colección El pájaro solitario
Editorial Pre-Textos